Acondicionamiento de viviendas para refugiados

A mediados de 2018 había en el mundo cerca de 71 millones de personas desplazadas forzosamente de sus hogares. Muchos de estos desplazados sufren persecución por raza, religión, ideas políticas, nacionalidad, o por pertenecer a un grupo social determinado, incluyendo a quienes sufren discriminación por su identidad de género u orientación sexual. En 2019, España registró más de 82.000 solicitudes de protección internacional, una cifra histórica en nuestro país que supone una pésima noticia sobre el respeto a los derechos humanos en todo el mundo. La crisis humanitaria que se ha producido en Europa en 2022 con la guerra de Ucrania ha desbordado todas estas cifras, ya de por sí enormes.

Las personas refugiadas nunca quisieron dejarlo todo atrás: sus sueños, su trabajo, sus familias y proyectos de vida. Una vez que llegan a la sociedad de acogida, tras largas travesías migratorias y graves dificultades económicas, deben atravesar una nueva ruta: su propio proceso de inclusión y autonomía. Una de las barreras en el camino es la dificultad de encontrar una vivienda digna en la que empezar desde cero ese proceso. Los altos precios de los alquileres y condiciones abusivas juegan en contra de la cobertura de una necesidad básica clave y un derecho fundamental. Este proyecto pretende facilitar ayudas para el equipamiento inicial básico que requiere una vivienda digna, logrando mitigar la carga emocional del “piso vacío” o con necesidad de mejora, para que la persona sienta que empieza a recorrer con paso firme esa ruta hacia su bienestar y protección.

La Fundación Pryconsa colabora año a año con CEAR para acondicionar viviendas: amueblado, reformas para personas con movilidad reducida, etc. con el fin de ayudar a mitigar los efectos de estas situaciones tan difíciles.